miércoles, 5 de diciembre de 2012

extras, jornadas extremas


Cada uno de los videos fue elaborado con cuidadosos criterios estéticos alrededor de la escenografía, la coreografía, el vestuario y la iluminación. Frente a los nacientes trabajos de la época, que solían presentar a las bandas en vivo o en situaciones no tan complicadas, Thriller fue una puesta en escena real que contaba una historia y que no solo exigió una canción acorde, sino también un andamiaje: extras, jornadas extremas y la entrega total del equipo de producción.


Se suele decir que el ciclo comercial de vida de un disco es un año, a lo sumo dos. Que uno, dos, tres y hasta cuatro sencillos son la manera de activarlo, promocionarlo y recordarlo. Pero con Thriller las reglas se rompieron. Por un lado, no solo se tenía en cuenta la música y la imagen, también la campaña promocional que acompañó al disco en conciertos majestuosos, un encuentro con el presidente Reagan en Washington, portadas de revistas, especiales en radio y televisión, objetos de mercadeo como muñecos, ropa, kits escolares y más, completaron el trabajo.





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